Cómo elegir toma de agua para un termo eléctrico

Son muchas las comodidades que podemos disfrutar hoy en día en nuestro hogar. Ya que, el uso de electrodomésticos y de todo tipo de instalaciones en la vivienda, nos hace la vida mucho más fácil. El hecho de disponer de agua corriente y potable en nuestro hogar es algo maravilloso, pero, como la utilizamos día a día, lo normalizamos y no nos damos cuenta de lo que supone.

Por ejemplo, antiguamente, las personas tenían que desplazarse hasta el río o hasta alguna fuente para poder obtener su propia agua, que le daban usos similares a los que les seguimos dando hoy en día. Con ella cocinaban, se duchaban y lavaban los utensilios de cocina y la ropa y la usaban para beber. Pero debían acumularla y transportarla hasta sus hogares, ya que no disponían de un sistema de agua corriente en las viviendas.

Ya, a principios del siglo XX, se empezaron a utilizar los sistemas para transportar el agua de las aguas superficiales, como embalses y ríos; de aguas subterráneas, como, por ejemplo, de pozos y manantiales; y, por supuesto, el agua del mar. Todas ellas se sometían a un proceso de potabilización para que llegara a nuestros hogares apta para el consumo.

Sin embargo, mucho antes, a mediados del siglo XVIII, concretamente en el año 1767, Horace de Saussure ya había inventado el primer calentador de agua. Pero no fue hasta cien años después, en 1868 cuando Benjamin Waddy patentó el primer calentador de agua instantáneo pensado para uso doméstico, aunque fue Edwin Ruud quien, unos años después, en 1880 patentó el primer calentador de agua que funcionaba con gas y que disponía de un tanque de almacenamiento, tal como los conocemos hoy en día.

Por lo tanto, en el momento en que el agua llegó a nuestros hogares, ya existían algunos sistemas de agua caliente. No obstante, su uso se fue extendiendo poco a poco con los años, ya que los primeros calentadores eran bastante caros y no todo el mundo se los podía permitir.

¿Qué es un termo eléctrico?

Como hemos visto, el termo o calentador no es un invento reciente en sí mismo, ya que se empezaron a utilizar en los hogares a finales del siglo XVIII y principios del siglo XX. Sin embargo, hoy en día, utilizamos distintos tipos de calentadores, como los eléctricos. Así pues, un termo eléctrico es un equipo que produce agua caliente sanitaria -apta para el consumo humano en el hogar- y que funciona mediante unas resistencias eléctricas que transforman la energía eléctrica en calor. En el próximo apartado veremos esto con más detalle.

El agua caliente que proporcionan queda almacenada en un depósito de acumulación de agua para poder disponer de agua caliente lista para ser utilizada en cualquier momento, sin tener que esperar a que el termo actúe para elevar su temperatura.

Es un equipo que funciona de una manera muy sencilla y es fácil de instalar, por lo que es perfectamente compatible con todo tipo de instalaciones domésticas de calentamiento de agua y de sistemas de calefacción.

Sin embargo, es un equipo que suele tener un consumo eléctrico bastante elevado, por lo que, es recomendable elegir aquellos termos que tengan una elevada calificación energética. El precio de su adquisición será más elevado, pero te permitirá ahorrar bastante dinero mes a mes hasta que puedas amortizar la inversión y empezar a ahorrar a partir de entonces. Esto se debe a que, cuanto más elevada es su calificación energética, quiere decir que son equipos más eficientes y con un consumo energético menor.

¿Cómo funciona un termo eléctrico?

Como hemos comentado anteriormente, un termo eléctrico es un aparato que se encarga de calentar el agua y almacenarla en un depósito. Dependiendo de la capacidad del mismo, este equipo puede suministrar agua caliente a uno o más usuarios al mismo tiempo, siempre y cuando no se vacíe completamente. En ese caso, es necesario esperar hasta que se vuelva a llenar y caliente nuevamente el agua.

En el siguiente apartado vamos a hablar de los tipos de termos eléctricos, pero debes saber que, pese a su tipo, capacidad y forma, todos funcionan de una manera similar. Esto se debe a que sus componentes principales son dos resistencias, un termostato que se encarga de regular la temperatura de la parte superior y otro termostato que hace lo mismo con la temperatura inferior.

Para explicar su funcionamiento, vamos a explicarlo con un poco más de detalle: cuando el termo se pone en marcha, se activa una de las resistencias y calienta la tercera parte del agua del cilindro a la temperatura que le dicta el termostato. Luego, ocurre el mismo proceso con la otra resistencia, que calienta otra tercera parte del agua. Así, entre los dos van calentando el agua por partes hasta que el depósito alcanza la temperatura que indica el termostato.

En cuanto a las resistencias, pueden ser de distintos tipos dependiendo de la dureza del agua de la zona en que se instale el termo. Por ejemplo, las resistencias blindadas se suelen utilizar aquellas zonas de agua blanda, mientras que las resistencias envainadas, que cuentan con un revestimiento de cerámica, no entran en contacto con el agua, por lo que se pueden utilizar también en zonas de agua dura.

Tipos de termos eléctricos

Como hemos dicho, vamos a mostrarte los distintos tipos de termos que puedes encontrar actualmente en el mercado para producir agua caliente sanitaria. Además, indicaremos las características de cada uno y en qué tipos de lugares conviene instalarlos para aprovecharlos al máximo.

Termos eléctricos verticales

Los verticales son aquellos que se empotran en la pared de forma vertical, aprovechando totalmente la capacidad del depósito. Proporcionan al termostato unas mediciones adecuadas en la temperatura del agua y un calentamiento eficiente de la misma. Suelen tener mayor capacidad que los horizontales por lo que debes tener en cuenta el peso extra que estás añadiendo a la pared, por lo que, debes instalarlos en tabiques bastante gruesos.

Termos eléctricos horizontales

Este tipo de electrodomésticos están preparados para instalarse en lugares pequeños pero anchos, como, por ejemplo, encima de una puerta o en altillos que dispongan del espacio adecuado para albergarlos. Por norma general, suelen tener una menor capacidad que los modelos verticales. Pero, aun así, no debes descuidar el hecho de que su peso es bastante elevado, por lo que es recomendable instalarlo en muros y paredes gruesos que puedan soportar su peso sin problemas.

Termos eléctricos reversibles

Este tipo de termos pueden instalarse tanto de manera vertical como horizontal. Esto puede otorgarles algunas ventajas respecto a los otros, pero también algunas desventajas o carencias. Esto se debe a que, pese a su versatilidad, necesita configurar los componentes que contiene. Además, estos modelos no son capaces de aprovechar toda la capacidad del propio depósito y puede dar lugar a medidas erróneas si el termostato no se configura de manera correcta.

Ventajas y desventajas de los termos eléctricos

Como todos los electrodomésticos, los termos eléctricos tienen ventajas y desventajas que debes tener en cuenta si quieres instalarlos en tu hogar para obtener agua caliente sanitaria. Pueden ayudarte a decidir si quieres instalar un calentador eléctrico o de gas o incluso, si quieres optar por una bomba de calor en un sistema de aerotermia.

Entre las ventajas de los calentadores eléctricos, debemos anotar que son capaces de mantener una temperatura constante en su depósito. Su instalación es muy sencilla, evita los peligros de las instalaciones de gas, y puede proporcionar agua caliente a más de un usuario si elegimos uno de gran capacidad. Además, suelen tener un coste reducido en su inversión inicial respecto a otros sistemas de agua caliente sanitaria

Entre sus desventajas encontramos que es un tipo de instalación que consume bastante energía eléctrica y que pagarás bastante a final de mes debido a este consumo respecto a los calentadores de gas. Además, se pueden vaciar cuando los está utilizando más de una persona al mismo tiempo y luego será necesario esperar a que se vuelva a calentar, lo que puede resultar un poco lento si tienes prisa. Asimismo, necesitan cierto espacio para poder instalarse y puede tener pérdidas de calor que haga descender la temperatura del agua, especialmente en lugares con inviernos muy duros.

Cómo elegir la toma de agua para su instalación

Cuando vas a instalar un termo eléctrico para tu hogar debes tener en cuenta que algunos aspectos van a condicionar el lugar donde vas a ubicarlo. Así pues, el calentador puede instalarse en distintos lugares de la casa, pero dependen de una toma de agua que se suele encontrar en distintos lugares de la casa, como, por ejemplo, en el baño, en la cocina, en la galería, en un balcón cubierto, en un garaje, etc.

Debes tener en cuenta que la toma de agua se encuentra en un lugar y a una altura que posibiliten su instalación sin ningún tipo de problema. Por ejemplo, si vas a instalarlo en un altillo o sobre una puerta, debes tener en cuenta que la toma de agua debe encontrarse lo más cerca posible. Pero, además hay otro factor a tener en cuenta: que es un calentador eléctrico y que, para proporcionar agua caliente sanitaria, debe estar conectado a la red eléctrica. Por ello, es necesario que, cerca de la toma de agua, exista una toma de corriente para poderlo conectar.

¿Entonces, dónde conviene instalarlo?

Como hemos comentado, se puede instalar en cualquier lugar que disponga de una toma de agua y una toma de corriente eléctrica para funcionar. Sin embargo ¿cómo conseguimos que el termo aumente su eficiencia energética? Puede parecer una tontería, pero, ubicarlo en un lugar que quede lejos tanto del baño como de la cocina, hará que su eficiencia sea menor, ya que parte del calor del agua se perderá antes de llegar.

Por explicarlo con un ejemplo, diremos que, si ubicas un calentador en la galería, en un garaje o en un balcón, lejos del baño, cuando abrimos el grifo del agua caliente en la ducha, lo primero que nos daremos cuenta es que el agua tarda en calentarse bastante. Y, lo segundo, es que tal vez la temperatura de la misma es menor de lo que esperábamos. Esto se soluciona colocando el calentador lo más cerca posible tanto del baño como de la cocina, para que el calor no se pierda y podamos incrementar la eficiencia del mismo, ya que tendrá que trabajar menos.

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